De conformidad con investigaciones y datos de la ONU, el papel de las mujeres en distintos sectores de la sociedad y del ámbito laboral sigue siendo inferior en comparación con los hombres. Es cierto que han habido grandes esfuerzos que se han llevado a cabo en distintos países sobre equidad de género: por ejemplo, en el año 2020 han sido cada vez más las mujeres que llegan a puestos de alta dirección en empresas; sin embargo, sigue siendo un porcentaje bajo, apenas el 7.4 %, pues aún encuentran cientos de obstáculos para lograr puestos de mayor jerarquía, además de seguir sufriendo de agresión y acoso sexual.
Dentro del gremio deportivo se pueden encontrar muchas más mujeres en áreas directivas, la pasada justa olímpica que se llevó a cabo en Tokio contó con una participación histórica del 49 % de atletas mujeres que lograron romper récords y acumular un importante número de medallas, pese a ello siguen siendo excluidas de algunas disciplinas y sus salarios como deportistas son inferiores respecto a los varones.
En el ámbito cultural hay una preponderante narrativa masculina en libros, periódicos, podcast y películas que son producidas y protagonizadas por hombres, mientras que los personajes masculinos hacen alusión al heroísmo y el liderazgo, las mujeres representan personajes sin matices y son vistas como objetos sexuales. Se ha revelado que en 11 países el 31% de los papeles con diálogo corresponden a mujeres y que únicamente el 23% de las películas tienen a una mujer como protagonista, además en el medio del entretenimiento sólo el 24% de las personas sobre las que leemos, oímos hablar o vemos en los periódicos, la radio o la televisión son mujeres.
Respecto a la política, sólo en 22 países hay Jefas de Estado o de Gobierno y 119 países nunca han sido presididos por una mujer. Las mujeres ocupan apenas el 25 % de los escaños parlamentarios nacionales y, según el estudio, de 133 países, representan sólo el 36 % de los cargos electos de los órganos locales de deliberación.
Ante el contexto de la pandemia por COVID-19, fueron las mujeres del área médica quienes respondieron a la crisis en la primera línea, personal científico y del área de la salud luchando hombro con hombro para mitigar los estragos de la pandemia, arriesgando sus vidas y la de sus familias, representando el 70% del personal sanitario y cuidados sociales.

El liderazgo de las mujeres es esencial para lograr acuerdos de paz sostenible, por ello es imperante que estén involucradas en todos los ámbitos de las sociedades a la que pertenecen, aunque las mujeres suelen enfrentarse a mayores niveles de violencia y desigualdad en tiempos de guerra e inestabilidad, están a la vanguardia de los esfuerzos por lograr soluciones pacíficas para su comunidad.
Para mejorar las condiciones de las mujeres y encontrar cada vez más espacios en los que puedan participar la ONU hace las siguientes recomendaciones:
Ámbito Laboral:

– Exigir una representación igualitaria de las mujeres en los órganos de decisión de las empresas.
– Demandar políticas de tolerancia cero a la violencia y al acoso sexual en el lugar de trabajo.
– Compartir el trabajo doméstico y las tareas de cuidados en condiciones de igualdad.
Deportes y medios de comunicación:

– Apoyar a los equipos femeninos y a las mujeres deportistas, ver sus competiciones y leer sobre ellas.
– Usar el deporte como una plataforma para defender la igualdad y como herramienta para empoderar a las mujeres y a las niñas.
– Concienciar y cambiar las percepciones: todos los deportes son deportes de mujeres.
– Consumir medios creados por mujeres y sobre mujeres.
– Denunciar los estereotipos y la infrarrepresentación de las mujeres en los medios de comunicación y la industria del espectáculo cuando los detecte.
Ciencia:

– Concienciar a las niñas y a los niños, a la comunidad educativa y a las madres y los padres para que rechacen los prejuicios de género: todas las carreras científicas y tecnológicas son carreras para mujeres.
– Orientar a las mujeres y a las niñas al campo de la ciencia y la tecnología y animarlas a fijarse grandes objetivos.
– Encontrar y apoyar a las mujeres y a las niñas en las disciplinas científicas.
Política y espacios cívicos:

– Apoyar las candidaturas feministas.
– Demandar que se prevenga y se considere delito la violencia contra las mujeres en la vida pública y política, tanto en entornos digitales como físicos.
– Incentivar a los partidos políticos para financiar las campañas de mujeres candidatas y promocionar su liderazgo.
– Enseñar a la próxima generación la importancia de la igualdad de género y apoyar el activismo de las niñas y las jóvenes.
– Financiar a organizaciones feministas y organizaciones que trabajan en pro de los derechos de las mujeres.
– Apoyar y financiar a las organizaciones de mujeres que trabajan en la primera línea de la respuesta humanitaria y de consolidación de la paz.
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Afortunadamente la sociedad, en su evolución registra mayor participación de la mujer en distintos espacios y profesiones, en lo personal comparto la tolerancia cero relativa a violencia de género y acoso sexual en el trabajo, comparto labores domésticas en casa y en la medida de mi posibilidad, en pláticas con los jóvenes reflexionamos la importancia de la igualdad de género, gracias Doctor Carbonell por lo valioso de su reflexión